Mi primera reacción fue detenerme. —pregunté. Tu domicilio está en tu documento, así que se van a dar cuenta fácilmente si estas en un lugar en el que no tenés que estar. — No puedo creer que cerraron los gimnasios —dijo, indignada, una tarde en la que se había dispuesto a ir a entrenar. Cómo le gusta andar por la vida calentando pijas, pensé para mí, pero no lo dije, obvio—. No me gustaba quedar en offside con esa tipa—. — No, estamos bien. — No entiendo por qué esa obsesión de algunos con su cuerpo —dije yo, mientras ella se ponía boca abajo, sobre la manta. Se trata de pasar día y noche con una hembra que haces fitness. — Sí, mirá qué peligrosa, dejándose manosear el culo, y encima a cambio le prepara la cena al niño —dijo Edu, siguiendo con su tono irónico—. No podía negar que tenía un cuerpo escultural, a la altura de mujeres famosas como Sol Pérez o Gina casinelli, dos hembras a las que seguía de cerca en Instagram, aunque Érica siempre se burlaba de mí por hacerlo. —le pregunté, soltándola del brazo. Mi verga se había puesto tiesa como una piedra. Pero prefiero pasar el menor tiempo posible con esa víbora —me defendí. Enero 06 … Ya atravesando el living se sentía el delicioso aroma de la salsa. La agarré y la tiré en el tacho de basura. A esas alturas ya no me asombraba verla media desnuda. — Vamos. Eso era cierto a medias. Una verdadera locura. — Bueno… vos vas a estar siempre, así que no veo por qué tenga que actuar de manera diferente ante tu presencia. Los tres la saludaron. Me metí en el baño para hacerlo. — Lástima que no puedo decir lo mismo de vos —retruqué, afilado—. De a poco, iba cubriendo toda su espalda con el protector. O más bien, le hubiese encantado que la descubrieran, y convertirse así en la conversación de unos tipos que tenían por mujeres a cuarentonas con sobrepeso, o quizás de unos adolescentes que nunca habían cogido, y que solo en sueños estarían con alguien como ella. Edu y los demás siempre me decían que mi aparente desinterés por el sexo era debido a que, como siempre tuve con quién hacerlo, no comprendía lo que significaba estar en abstinencia sexual. —dijo después, cuando se dio cuenta de que tenía la mirada fija en ella. Había abierto una botella de vino tinto. Estaba seguro de que ella era consciente de mi desprecio hacia su existencia, pero se hacía la tonta. No te olvides de quién paga las cuentas. — No puedo creértelo —dije, aunque en el fondo, sabía que era cierto. — Callate bestia. — Pero leoncito, no se le puede atribuir la culpa de eso a nadie. Su actitud era patética, pero he de reconocer que no pude evitar mirar, cada tanto, cómo me daba la espalda. Y para que veas que soy bueno, desde ahora me voy a encargar yo de la limpieza. Pero bueno, qué le iba a hacer. De todas formas, siempre fui muy respetuoso y obediente de la ley. — Sólo quería decirte que no te sorprendas si me ves con el humor muy cambiado de un momento para otro. No entiendo qué pretendés con todo esto. — Pero ya tengo una mano llena de crema —dije. Si la hubieses empezado, no dudarías de mi palabra. Aunque sea para despotricar, no importa, la cuestión es que siempre está entre nosotros. Y ese pantalón le calzaba como guante… ¿En qué estaba? — Bueno… puede ser. Vestía, como de costumbre, un top —en este caso negro—, y una calza corta. La restricción ya se estaba haciendo sentir en la calle. Por esa tarde el televisor de cincuenta y cinco pulgadas y el living serían míos. Así que parece, no habrá ningún relleno y todo se va a desarrollar rápida. Vamos a tener que encargarnos nosotros. — Claro que no. Luego de unos minutos lo conseguí. — Javier tenía razón. — Desde abajo —dijo. Después me metí en mi habitación. Esteban Lombardo, su marido, la considera no solo una … Ramona insistía en usarlo, a pesar de que ni Nadia ni yo éramos tan estrictos como para exigírselo. — ¿Qué? Y como imaginarás, no podemos tener el aire acondicionado prendido las veinticuatro horas del día. — Yo no tengo nada que hablar con vos —dije. … No era que le tuviera miedo a Nadia. Al hacerlo, su cintura se dobló levemente, y sacó culo. Simplemente me dejó encargarme del desastre que había hecho en la cocina. — Esto… —dije, como un estúpido, sin poder terminar la oración. ¿Sabés cuántos pibes morirían por ver de cerca todos los días a una mujer como esa en tanga? Me pareció que se me vino encima una bolsa de cemento. Toni me mandó un mensaje jocoso: “dios le da barba al que no tiene quijada”, decía. Las clases universitarias serían ahora de manera virtual, y los transportes públicos estarían destinados sólo a quienes eran considerados trabajadores esenciales. Corrí hacia atrás el prepucio. Alguien como ella tendría decenas, sino centenas de tipos deseosos de cogerla, y me costaba mucho creer que no se había sentido tentada en algún momento. Agarró la toalla. Le voy a pedir al carnicero que me pique la mejor carne. ¿Eh, imbécil? No me cabían dudas de que sentía cariño por el viejo, pero eso no la hacía menos despreciable a mi vista. — Y una mierda —contesté—. Si cruzás esa puerta, no te voy a dejar volver. ¿Podrías alejarte un poco por favor? Ya lo creo que lo haría. Quedate ahí mirando tus dibujitos animados. Te piden muchos requisitos. With Aracely Arámbula, Andrés Palacios, Marisol del Olmo, Marco Treviño. A su manera, pero se esforzaba. —dijo, haciendo un gesto tonto para fingir simpatía—. Nuestros cuerpos se desparramaron ridículamente, y quedamos pegados. El día anterior Nadia me había dicho que tendría que colaborar con la limpieza de la casa. Tema Fantástico, S.A.. Con la tecnología de, A papá le había agarrado lo que acá en Argentina llamamos. Nadia no dijo nada. Pero la tonta de Nadia no se percató de eso inmediatamente. — ¿Y no podés hacerlo con una sola mano? Aunque no lo creas, nosotros nos amábamos. No encontré una excusa para no hacerlo. Para colmo, había pocas excusas para salir a la calle. Vi que en el ascensor había un cartel pegado en el espejo que decía que los del séptimo B eran covid positivo, y sin embargo salían de su departamento como si nada. Sus pezones se marcaron en la tela, eran amenazantemente puntiagudos, lo que me hizo sospechar que no llevaba corpiño. Eso último se me acababa de ocurrir, pero no dejaba de tener su lógica. La telenovela es protagonizada por Aracely Arámbula y Andrés Palacios. — No necesito que vos me confirmes que soy bueno —dije—. Ella era la que tendría que demostrarme que decía la verdad, y yo no le ayudaría ni un poco. Nadia no era una mujer particularmente desordenada, pero tenía ciertos detalles molestos. Estaba claro que la zorra lo hacía para molestarme. Y mucho menos que insinúes cosas de mí que no son. El hecho de que me llevara menos años de los que papá le llevaba a ella, me daba mucho en qué pensar. Si lo soltaba de nuevo sería el colmo. Pero sin embargo, algunos de los que vivían en los edificios de la vereda de enfrente sí podrían llegar a verla. Se había subido a uno de los sofás individuales, arrodillándose en él. De repente largó un grito: Escuché el ruido del agua que salía con mucha presión. ¿Qué estás viendo en la televisión? — Lo que quiero decir es que. — Ya veo lo bueno que sos. Ahora vestía un top tipo musculosa color verde, y uno de sus tantos diminutos shorts de jean. Para empezar, debería llegarle hasta un poquito por debajo de las rodillas, pero a ella le quedaba unos cuantos centímetros más alta, por lo que sus muslos quedaban a la vista. Si a ella no le gustaba, que se esfumara. —preguntó, refiriéndose a la mujer que hacía de empleada doméstica tres veces por semanas. Cuando lo hizo, chocó su espalda contra mi cuerpo. Que si fuera otra, se quedaría con el departamento, me echaría de una patada en el culo, y listo. Sinopsis. En todo caso, era problema suyo. Cabrón, enfocala. Nadia también estaba en lo cierto en eso de que no convenía vender nada en el contexto en el que estábamos viviendo, pues no sacaríamos ni la mitad del valor que yo había estimado. Los uniformados detenían autos y colectivos para verificar que quienes viajaban realmente trabajaban en actividades esenciales. Todo era tersura y firmeza. — Está bien. Nadia me cruzó la cara de un cachetazo. Hizo una mueca de fastidio, pero enseguida la reemplazó por una sonrisa, como si lo que le acababa de decir fuera tomado a chiste. ¿Quién usa esa palabra todavía? Sobre Avenida de Mayo había un camión de gendarmería. Hasta el momento, yo la pasaba casi todo el día en casa de Érica. En ese momento no la veía nadie. Nadia miró al horizonte con expresión pensativa. Cuando le dije a Nadia que ahora iba a andar por la casa con más frecuencia, ella había vuelto del gimnasio. —dije, cuando la vi. Hace más de una hora que me levanté y desde entonces ya no estabas. Cuando volví, Nadia estaba buscando algo para ver en el televisor. Estaba claro que yo jamás ofendería la memoria de papá. Con pocas ganas, me puse de pie y fui a donde se encontraba ella. — ¿Con quién va a ser? Pero a sus ojos, mi verga se había empinado, y punto. — ¡Estás loca! A falta de un padre sensato, yo mismo me construí una personalidad responsable y una ética inquebrantable. — Bueno, Licenciado Leonardo —agregó después, en tono exageradamente solemne—. ... Lista de … Así que así iban a ser las cosas, pensé para mí. El glande apareció con el infaltable líquido viscoso transparente. No es que no disfrute del cuerpo femenino, pero para todo hay un momento, y sobre todo, me gustaba que me consideren una persona respetuosa. Me constaba que le gustaba jugar a los naipes con sus amigos. Esta vez sí, y sin siquiera proponérmelo, vi la bombacha blanca con pintitas rosas que llevaba debajo de ese uniforme, pues cuando estaba erguida, yo seguía en el suelo. En la parte superior de su espalda tenía un tatuaje con letras cursiva que no me molesté en leer, y en el brazo izquierdo había un dibujo de una flor, que me pareció de mala calidad y de pésimo gusto. Cuando estoy sola ando así. Ese día me levanté con la típica erección mañanera. Si lo hacés, te prometo que…. 43:57. — No te quejes, en el almuerzo como cualquier cosa, no hace falta que cocines al mediodía. Daba la casualidad que en los últimos días, antes de mi rompimiento con Érica, no habíamos tenido relaciones, lo que, sumado a los tres días desde que vivía con Nadia, ya llevaba casi una semana sin coger, y sin masturbarme, ya que no solía realizar esas prácticas. Lo de Nadia no era más que una excusa. — A ver cómo quedó —quiso saber ella—. Incluso hasta me parecía interesante en cierto punto. Por supuesto, el pobre no pensó que iba a morirse tan pronto. Pero apenas pronunció palabra. De hecho, en más de una oportunidad fui yo mismo el que estuvo a punto de romper el silencio, pues a veces tanto silencio es incómodo. Tipos a los que no conviene deber dinero. — Que no me digas así idiota —le recriminé en vano, pues al imbécil le gustaba usar ese mote—. Además, yo tampoco sentía lo mismo que cuando comenzamos a salir. si querés que ponga esta casa a tu nombre, me vas a tener que dar todo el dinero que le presté a tu papá. Después me metí un rato en mi habitación. Pero por esa vez se la dejé pasar. Lo hice por amor. Estaba claro que el incidente de la cocina no había sido el motivo, sino más bien el desencadenante de algo que la molestaba. Es que… —dudó en terminar la frase, pero finalmente agregó—: es que, de repente, sin ningún motivo en particular, me acuerdo de Javier, y me pongo muy triste. Si todos las obedecíamos a rajatabla, en poco tiempo podríamos volver a la normalidad. Me lo acomodé, pero aun así era muy notorio. — Nada. Por primera vez dudé de si realmente eran operadas. El agua empezaba a escaparse, y formaba un charco alrededor de mi madrastra. — No necesito preguntarte si te gusta, porque ya lo noto en tu cara —dijo Nadia. Se trataba de un vestido azul oscuro con un delantal blanco en la parte frontal. Aqui tienes un listado de la información que tenemos disponible sobre la serie de televisión La madrastra. Si hubiera estado el televisor encendido, hubiera tenido una excusa para negárselo. Es algo fácil, no te podés quejar —y después, viendo la oportunidad, agregué—. Es más cómodo, y hace mucho calor. — ¿Y ese algo no será simplemente querer cogerse a su hijastro? Si fuiste la mujer de papá… —retruqué, pues no iba a permitir que saliera airosa de esa conversación. No sé para qué te pregunto. Interrumpió lo que iba a decirme, y se quedó mirando mi entrepierna, con una sonrisa burlona—. Nadia apareció con la ropa cambiada. —pregunté, ya no alarmado, sino asustado. La prenda en sí misma daba la impresión de que podría hacerse hilachas en cualquier momento, si Nadia llegaba a hacer un movimiento mal calculado. Mientras se duchaba, arreglé de manera rudimentaria, tal como lo había planeado, la cañería. Si fuese a ver a un hombre en lugar de a una amiga, no tendría por qué ocultarlo. — No seas boludo —dijo ella—. — ¿Por qué carajos te pusiste eso? — ¿Dónde estuviste? Me adueñé de la sala de estar. Quizás después de esto ella se consideraría en deuda conmigo. ¿Vieron las piernas que tiene? La feliz vida de Marcia (Aracely Arámbula) ... La Madrastra 2022 - Capítulos Completos. Me había tocado vivir en una de las zonas en donde mayor control se ejercía. —retrucó Érica. Seguramente le había prestado un monto muy inferior a ese, y el imbécil de papá había caído en la trampa. Iniciar sesión. Durante un buen rato desapareció de mi vista, y apenas noté su presencia, debido a los ruidos que me llegaban del baño. No sabía mucho de vinos, pero estaba seguro de que esa era una de las botellas favoritas de papá, que guardaba para ocasiones especiales. — Te agradecería que no nombres a mi padre —contesté, ya que cuando ella lo hacía, no podía evitar recordar que se murió en sus brazos, o mejor dicho, en sus piernas, mientras estaban cogiendo como dos adolescentes libidinosos. Me miraron, incrédulos. Y sobre lo otro… ¡qué carajos! — Leonardo —me llamó. Nadia apareció detrás de mí. En eso tenía un punto. Le gustaba provocarme. La madrastra es el título de la nueva telenovela que una vez más tengo el agrado de presentarles hoy en su capítulo 13, todos los capítulos son transmitidos de lunes a viernes a … Tuvo que inclinarse mucho para agarrar los libros. ¿No sabés que estamos viviendo en una pandemia? De la cintura para abajo no llevaba nada, salvo una diminuta tanga. Me incliné, haciéndome lugar, pues ella ocupaba mucho espacio. Me quedé viendo la televisión, ignorándola por completo. Me puse rojo de la vergüenza, y ella me miraba con cara de odiosa, regodeándose en mi humillación. Me funcionó con lo de la comida. Sabía que tenía miles de seguidores en las redes sociales. La hija de puta me había ganado otra vez. — No estafé a nadie. Al rato apareció. — Creeme, hay muchos hombres a los que no les importaría meterse con una mujer, aunque sea la pareja de su padre, o de algún amigo. Yo soy así —dijo. Algo así como: sos culpable hasta que demuestres lo contrario. — Ella no es nadie para mí. Biblioteca. Era muy probable que tuviera que vender ese departamento para mudarme a una propiedad más económica e invertir el resto del dinero en alguna cosa que me generara rentabilidad, por más baja que fuera. Además, mi personalidad responsable y honesta, me llevaba a acatar las normas sin hacerme demasiadas preguntas. Toni y Joaco parecían estupefactos, con los ojos abiertos como platos. — Leoncito ¿Te puedo hacer una pregunta? Mi miembro viril se endureció nuevamente. En mi caso, hubo tres cosas que determinaron mi retorcido … Lo puso a mi nombre —largó. Si Nadia no me cocinaba, me vería obligado a hacerlo yo mismo. —saludó Edu, y después, dirigiéndose a mí, agregó—. Se notaba un color más pálido en la piel, ahí donde había estado cubierta por las tiras del corpiño. ¿Cuánto tiempo tengo que esperar para tener sexo?, me había preguntado la muy zorrita, cuando insinué que no se iba a ver a una amiga, sino a un amante. Desabrochame el corpiño. Aunque lo había hecho cuando ella ya se alejaba, como bromeando entre nosotros. Mojé mi mano derecha con mi propia saliva, y froté en esa zona con las yemas de los dedos, con mucha suavidad. Fuera de ese accidente, se había ocupado bien de limpiar el departamento. Además, se murió por culpa suya. Más vale que sea algo importante, me dije a mí mismo. Me estás asustando Leonardo —dijo Nadia, arrinconada, como un perrito a quien su dueño lo estaba castigando por hacer travesuras. Por ese día olvidé el desprecio que sentía por ella. — Bueno, pero si querés quedarte con nosotros, acá te hacemos lugar —dijo Toni. Ella soltó una risotada. Es que nunca vi a una mujer tan transpirada —comenté, como para salir del paso. —dije. — No digas estupideces, ¡Si era la mujer de papá! ¿Acaso las mujeres no pueden ser iguales de pervertidas? Gracias por tu ayuda. Pero te lo voy a decir, para que no pienses estupideces. El largo del vestido era algo que incluso podría pasar desapercibido, si no fuera por el hecho de que la prenda se veía increíblemente ajustada en el exageradamente exuberante cuerpo de Nadia. Pero no tristeza por lo que le acababa de decir, sino por algo que veía en mí. Pero siempre es bueno encontrar a alguien diferente, que no se quede estupididizado al verme. Si te para gendarmería, vas a tener problemas —le dije—. Sólo bastaría con agacharse un poquito y listo. —pidió. La Madrastra: Created by Gabriela Ortigoza. No hiciste la sucesión todavía, ¿no? Pero sólo lo lograba a medias. Me puse más protector en la mano, y retrocedí un poco, para luego inclinarme y tener sus piernas a mi alcance. Ese es el mensaje que quiero transmitir. Esperaba encontrarla en el pasillo, antes de que tomara el ascensor. La serie turca 'Hermanos', se estrenará en nuestro país el próximo domingo 26 de junio a las 22:00 horas y aquí te vamos a contar cuántos capítulos tiene, cuánto duran … Por otra parte, los botones blancos de la parte delantera parecían a punto de salir disparados, con la fuerza suficiente como para quitarle un ojo a alguien, pues apenas podían contener las explosivas tetas de Nadia. Si alguien me hubiera dicho, apenas unos días atrás, que estaría haciendo eso, no se lo creería ni loco. Estaba en serios problemas económicos. — No me extrañaría que ya tuvieras tus amantes, después de tan poco tiempo que murió papá. Escuchame, y vas a entender de qué te hablo. LA MADRASTRA 2022 CAPITULO 48, Acusada en el extranjero de un crimen que no cometió, Marcia Cisneros es condenada a 35 años de prisión. No quiero que pases por la misma tragedia que hoy. Los dos cachetes se veían perfectos. —preguntó Nadia, al otro lado de la puerta. La saliva mezclada con el presemen había formado una sustancia de una textura pegajosa y resbaladiza a la vez ¿Hacía cuánto que no me masturbaba? Vos no estabas, pero te lo contamos ¿Ah que no? Por esta vez me quedo. Creo que sos el primer hombre que se queja por verme así. — Leonardo ¿Podés venir por favor? Si te preguntas de quiénes o de quién es la música o canciones de La Madrastra, telenovela 2022 de Televisa en México y de Univisión en Estados … En medio de la noche, escuché ruidos en el departamento. Pero sé perfectamente que lo que hice no fue más que tomar la decisión que ella no tenía la valentía de tomar. — Está bien León, pero siento que siempre está presente, como si en verdad nunca estuviéramos solos. Pero para eso había que tener demasiada paciencia. No era de dormir mucho, pero la noche anterior me había quedado hasta tarde viendo unas películas de terror que había descargado en mi computadora. Abrí la tapa del protector solar, y puse un poco en mi mano, para luego inclinarme. Supuse que era demasiado pedir que se quedara en su habitación mientras estaba pasando el rato con mis amigos—. Pero la puerta se abrió casi por completo. — Bueno, ahora te las mando por WhatsApp —dije, dándole la espalda. En el supermercado me tomaron la temperatura y me dejaron pasar. Parecía sincera, aunque por mi propio bien, conservé mi escepticismo. La verdad es que no sabía cuánto era el tiempo prudencial que una mujer debía guardar el luto por su pareja, pero para mí, el cadáver de papá todavía estaba tibio. Voy a visitar a mi amiga Romina. Nadia era más grande que las amantes promedio de papá, pero aun así era muy joven. Pero a la noche te vas a encargar vos de la cena. ¿Te da miedo estar a solas con ella? La madrastra es una serie de televisión melodramática mexicana producida por Carmen Armendáriz para TelevisaUnivision, siendo de esta la quinta entrega de la franquicia Fábrica de sueños en el 2022. No parecía haber manera de ganarle una discusión. Sólo podemos salir para hacer las compras y volver rápido a casa. La verdad es que te compadecemos. Ahora sí, no pensaba posponer más mi autoalivio. — León, me pasas una toalla seca por favor —la escuché decir después, desde el baño principal. Fui a buscarla, y se la alcancé. Hacía fitness, y tenía la costumbre de andar por la vida con un top y una calza corta de lycra. — Nunca la vi de esa forma —dije con sinceridad. Su voluptuosa figura estaba cubierta apenas con las tiritas de la tanga y del brasier. En segundo lugar, no voy a dejar que traigas a ese maldito virus acá. No pensaba propasarme con ella. — Bueno, de lo demás podés encargarte vos —le dije, dejando el pote a su alcance, para luego ponerme de pie. Me sorprendió el hecho de que no hubiera rastros de Nadia, ni en la sala de estar ni en la cocina. Si Edu y Tomi la vieran, se volverían más estúpidos de lo que ya de por sí eran. ↓. Recordando la vez que entró a la habitación sin siquiera tocar, me levanté rápidamente el cierre del pantalón y encerré a mi gusano. No podía negar que cualquiera que estuviera en mi lugar, no tardaría más de dos minutos en tirarse un lance. El sol estaba radiante. Mi abstinencia me hizo una última mala jugada. Es una llave de paso —dije, para luego cerrarla, y de esa manera lograr que el agua dejara de salir por ese caño. Nadia, por su parte, tenía otra manera de disfrutar de ese espacio, y yo estaba a punto de descubrirla. — No me llames así, estúpido —lo reté. Vamos a estar jugando a la play —le comenté a Nadia, cuando salió de la ducha envuelta en un toallón. Unos minutos después salió. Quebró la cintura, casi como si estuviera ofreciéndome su monumental culo. Incluso conseguía muchas cosas de canje, sin tener que desembolsar un peso. Ya se lo había dicho varias veces, pero ella siempre encontraba una excusa para postergar su mudanza. La verdad era que yo no sabía cocinar más que unos huevos fritos y fideos hervidos. — Eso es lógico. — Sabías que Ramona ya no va a poder venir a limpiar, ¿No? Esas gambas seguramente soportaban mucho peso. — No estoy inventando nada. Hacía poco había visto en un noticiero que muchos terminaban presos sólo por la palabra de la denunciante. Me recosté en la cama. Me pregunté qué carajos le había pasado. Primero en una pose de perra, como si estuviera a punto de ser penetrada. Ese mismo día en el que encontré la bombacha en la bañera, me encontré con Nadia, caminado desde la cocina hasta la sala de estar, con un vaso de jugo exprimido en la mano. Y ahora que lo pienso, podrías mandarnos alguna foto, ¿no? El soundtrack de la telenovela es…. Desabroché el pantalón, y me bajé el cierre. —se burló Joaco. Levantó las piernas desnudas, y las puso en el sofá. ¡No puede ser! — Veo que limpiaste la casa. ¿Qué querés decir con eso? Leoncio, ¿No querés que cambiemos de lugar? Cuando bajé hasta la cintura, mi mano, involuntariamente, corrió unos milímetros la tira de la tanga. Ya empezaba a sacar las uñas la gatita. — Bueno, creo que en las próximas semanas la que tendrá que hacer frente a todos los gastos de la casa seré yo. Pero no todos los días estaba de humor como para estar en un ambiente hostil. — Estás obsesionado con ella —me dijo una mañana en la que amanecimos en su cuarto. Capítulo Final: Sí existe la justicia divina. Lo inusual era el hecho de que Nadia era varios talles más grande que la empleada, por lo que el uniforme le quedaba muy chico. Era difícil recordar que ya estábamos en el primer día de otoño. — No sé… quizás… No te gustan las mujeres —dijo. beautiful-and-sweet-child-ayaz. — Supongo que estás acostumbrada a que los hombres te alaben, incluso cuando tenés un aspecto deplorable —comenté. Ya te podés levantar —dije, lacónico. Además, me cae mal. Con tu madrastra —aclaró Érica. El mundo iba a cambiar, y aunque en principio se decía que las medidas serían por pocas semanas, la cosa se iba a alargar por demasiado tiempo. Esteban Lombardo, su marido, …
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